El cuerpo como territorio político: cierre vivencial del Encuentro FAME en República Dominicana  (parte 2/2)

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El Proyecto Feminismos, Acción y Movilización para una Economía Inclusiva (FAME) es implementado por CONLACTRAHO y CARE en América Latina y el Caribe, con presencia en Ecuador, Bolivia y República Dominicana, así como en organizaciones con alcance regional. La iniciativa busca reforzar el empoderamiento económico de diversas organizaciones de la sociedad civil (OSC) que promueven el liderazgo feminista, la autonomía económica de las mujeres y la construcción de economías más justas e inclusivas.

En este marco, el primer encuentro “Feminismos que transforman, alzando nuestras voces”, realizado del 29 al 31 de julio de 2025 en Juan Dolio, República Dominicana con las OSC socias CIPAF, CONAMUCA, La Ceiba, Tertulias Feministas y UNISIMAS culminó con una experiencia profundamente simbólica y transformadora: el Taller Socioafectivo “El cuerpo como territorio político”, facilitado por Clara Elena Cardona, activista feminista y experta en metodologías corporales y de cuidado colectivo.

Durante esta jornada, las participantes fueron invitadas a reconectar con su cuerpo como espacio de memoria, resistencia y poder. A través de ejercicios de respiración, movimiento libre, relajación guiada y dinámicas de grupo, el taller permitió reconocer la importancia del bienestar físico y emocional como un componente esencial de la acción política feminista.

“El cuerpo es el primer territorio que habitamos y defendemos; desde él sentimos, nos sostenemos y actuamos colectivamente”, señaló Cardona durante su intervención, destacando que el autocuidado no puede entenderse como una práctica individualista, sino como una estrategia política de sostenibilidad y resistencia dentro de los movimientos feministas.

Fotografía tomada durante el Primer Encuentro “Feminismos que transforman, alzando nuestras voces”, realizado en República Dominicana el 31 de julio de 2025. Taller Socioafectivo. En la imagen, Leidy Jaquez, integrante de Tertulias Feministas.

Uno de los momentos más significativos del espacio fue el ejercicio conocido como “la muñeca rota”, que invitó a soltar tensiones físicas acumuladas y simbolizó la necesidad de flexibilidad para sostener las luchas sin caer en el desgaste. Este gesto colectivo, acompañado por música y movimiento, se convirtió en una metáfora poderosa sobre la importancia de fluir, descansar y sanar como parte de la militancia feminista.

Posteriormente, a través de sociodramas participativos, las socias partipantes representaron escenas de su cotidianidad organizativa —reuniones, movilizaciones, tareas de gestión y momentos de sobrecarga—, reconociendo cómo las estructuras patriarcales también se reproducen dentro de los espacios militantes y comunitarios. Este ejercicio abrió una conversación honesta sobre los límites, la necesidad de poner el cuidado en el centro y la urgencia de construir culturas organizacionales más humanas, sostenibles y coherentes con los valores feministas.

El taller reafirmó que el cuidado no es un acto privado ni secundario, sino un principio ético y político que sostiene la vida y las luchas. En el contexto del proyecto FAME, esta mirada se vincula con la construcción de una economía inclusiva y feminista, que pone el bienestar de las personas por encima de la lógica de productividad y competencia.

“El autocuidado, el cuidado entre compañeras y el cuidado institucional son dimensiones que permiten sostener los procesos de transformación social a largo plazo. Sin descanso, sin afecto y sin escucha, no hay incidencia posible”, señaló una participante durante la reflexión final.

El cierre del taller incluyó un ritual simbólico de reconocimiento mutuo, donde las participantes compartieron gestos, abrazos y palabras que simbolizaron su compromiso de seguir construyendo juntas desde el respeto, la ternura política y la esperanza.

Esta experiencia no solo marcó el cierre emotivo del encuentro, sino que también dejó una lección profunda: el cuidado es una práctica de poder colectivo, una forma de resistencia frente a las violencias estructurales y un camino para sostener la incidencia feminista en los territorios.

Más allá de su dimensión emocional, el taller socioafectivo dejó resonando una reflexión central para las organizaciones de la sociedad civil (OSC) participantes del proyecto FAME: sin cuidado no hay sostenibilidad institucional ni continuidad política.

En contextos donde las defensoras y activistas enfrentan cargas múltiples, precarización laboral y limitaciones de recursos, el cuidado emerge como una estrategia de protección colectiva y una herramienta para fortalecer las capacidades organizativas. Integrar prácticas de bienestar dentro de la gestión, la planificación y la incidencia permite reducir el agotamiento, prevenir violencias internas y promover entornos laborales más seguros y equitativos.

Desde esta perspectiva, el taller no solo invitó a reflexionar sobre el cuerpo individual, sino también sobre el cuerpo colectivo de las organizaciones, entendido como un entramado de vínculos, emociones y responsabilidades compartidas. Poner el cuidado en el centro de las agendas institucionales implica revisar las dinámicas de trabajo, los liderazgos y los ritmos de ejecución, promoviendo una gestión feminista coherente con los principios de igualdad, bienestar y justicia social.

Taller Socioafectivo facilitado por la consultora Clara Cardona durante el Primer Encuentro “Feminismos que transforman, alzando nuestras voces”. En el centro, altar de autocuidado construido colectivamente (República Dominicana, 31 de julio de 2025).

El encuentro demostró que el tejido entre las OSC feministas es una fuente de fortaleza y resiliencia. Los vínculos creados en este espacio —basados en la confianza, la escucha y el acompañamiento— son en sí mismos una práctica de cuidado político. Al reconocerse como aliadas, las participantes reafirmaron que el trabajo colaborativo, el intercambio de saberes y la solidaridad interorganizacional son claves para sostener los procesos de transformación social y garantizar la incidencia colectiva a nivel regional.

En palabras de una participante, el taller permitió comprender que “el cuidado no solo sostiene la vida, también sostiene el movimiento”. Incorporar esta mirada en las estructuras organizativas y en los proyectos como FAME fortalece la legitimidad, coherencia y sostenibilidad de las OSC feministas que día a día construyen justicia y equidad desde los territorios.

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